Quiméricas, porque en una sociedad gobernada por los “likes”, lo efímero, un grupo de jóvenes actrices y actores deciden emprender en solitario la titánica tarea de crear. De crear para entender. De crear para comprender. De crear para compartir. Y es que, ¿quién sino los jóvenes podemos hablar del mundo desde nuestras propias tripas? Un teatro joven, un teatro vivo y enérgico para liberar a la bestia fantástica y que devore todo a su paso.
Y claro que son criaturas mitológicas monstruosas, porque una compañía que, recién salida de sus años de formación tenga la oportunidad de arriesgarse y exponer sus fortalezas y debilidades para llevar a un escenario sus miedos e inquietudes, sus fantasías y su dolor, es lo que hace que esta profesión sea la más maravillosa del mundo.
Llenemos el mundo de creaciones monstruosas y dad amor a las bestias.